sábado, 30 de agosto de 2014

Mosquitos

Desde que el primer mosquito se atrevió a picarme al principio del verano me he preguntado por la suerte del pobre (de la pobre si es cierto que las que pican son las hembras).

De alguna forma he interiorizado mi estado químico posquimio viéndome a mí misma como una nueva superheroina, como si una araña estilo Spiderman hubiera insistido en picarme 8 veces a intervalos de 21 días. Algo me dice que ahora mi sangre es distinta, letal.

Aunque en algunos momentos he sufrido transformaciones físicas inquietantes (como la nariz autoadhesiva, la piel puntiaguda o los dedos elétricos) lo cierto es que solo parezco peligrosa para pequeños parásitos que pretendan chuparme la sangre, así que fantasío con la posibilidad de matar mosquitos a picotazos. ¡Se van a cagar!

Lo que no tengo claro es si mi superpoder envenenante me convierte en superheroina o en supervillana. ¡Muahaha!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dimes y diretes